lunes, diciembre 18, 2006

(Carcassone, Francia 2006)

Silencio obligado…


Existen a veces motivos por los cuales nos vemos obligados a retirarnos del escenario de la vida cotidiana. Este es mi caso… hace ya algunos meses que mi cuerpo no respondía como siempre, manifestaba fatiga, dolores y cambios… ya él estaba ahí… silencioso como suele llegar.
Jamás imaginamos, a pesar de haberlo tenido tan cerca, ya sea con familiares, amigos, compañeros de trabajo, que en algún momento nos tocaría enfrentarlo cara a cara y con todas sus consecuencias.
Pues si, esta vez me tocó a mi, y ya es el momento de actuar, sin pensar en “lo que pudo haber sido si”… solo existe el ahora y el mañana, ese mañana que me niego a que se convierta en algo incierto o lejano e inalcanzable.
Para mi las cosas no han cambiado, simplemente cambié la rutina cotidiana del trabajo, de las clases de francés, de los sábados de compras, por las visitas diarias a mi radioterapia y semanales a la quimioterapia…
Mi ánimo esta mejor que nunca, es más, no permito que nadie se me acerque con lástima o compasión, esa es gente que me resta la energía que necesito para luchar de hoy en adelante.
Es inmensa la lista de amigos que me están apoyando en mi nuevo reto, es inmensa la energía positiva que esta a mi alrededor y déjenme decirle a quienes me apoyan: no los defraudaré!!!
Porque aun me quedan muchísimas cosas por hacer en esta vida, ver crecer a mi hija, convertida en toda una profesional, verla felizmente casada, con sus hijos y una vida maravillosa que fue escrita desde el momento que nació, destinada a ser feliz y triunfadora. Me quedan muchos años por compartir con mi esposo Francis, el cual se ha convertido en mi sombra protectora, donde me siento segura y confiada de que todo va a estar bien. Me falta ver a mi mamita hacerse viejita, como esas abuelitas dulces y cariñosas que siempre te llenan de sorpresas, aunque tenga que pasar por el dolor de verla partir antes que yo. Me falta poder compartir más con mis hermanos, los cuales adoro y quiero hasta el infinito, y han estado al pie del cañón a pesar de encontrarse tan lejos. Me falta retribuirles a mis amigos todo ese amor que me han brindado desde que supimos la fatídica noticia. Me falta un sinnúmero de cosas por hacer en esta maravillosa vida y eso me da más empuje para lograr vencer a este intruso que nadie invitó a participar de mi vida, pero que ya esta aquí y me toca luchar con él, hasta ganarle.
Quizá escribiendo logre de algún modo terminar de enfrentar ese miedo que sentí de que la gente se enterara, ya que sentí una mezcla de vergüenza y miedo escénico a la vez (cosa que nunca tuve) también me sentí culpable, si, culpable de que esto me esté pasando, pero gracias a Dios fue una idea fugaz que pasó por mi mente y que ya no tiene más cabida en mis pensamientos. En este momento solo importa de aquí en adelante, no puedo darme el lujo de distraerme en cosas inútiles que sólo me llevarían a deprimirme o renunciar a la lucha que esta comenzando entre él y yo. La fe y el optimismo son mi consigna como ha sido siempre.
Ya he sabido por distintas maneras de que no va a ser fácil, pero ¿quien dijo miedo?, sé que he pasado por miles de cosas bien fuertes en mi vida, y esto será sólo una experiencia más de la cual estamos sacando aprendizajes inimaginables y de la cual saldremos fortalecidos todos los involucrados, familia, amigos, compañeros de trabajo, conocidos...
Ahora comienza una nueva etapa en mi vida, un nuevo reto, una nueva meta la cual estoy segura que voy a lograr… y es ganarle a Cáncer… discúlpenme entonces este silencio obligado, ahora estoy lista para romperlo con ustedes quienes me han apoyado y han estado conmigo cada día y de ahora en adelante, como dije antes, nunca los defraudaré…